Chau impuesto PAIS: un cambio de época en el mercado cambiario argentino
El dólar tarjeta inicia una nueva etapa desde hoy con una cotización de $1.358, tras la eliminación del impuesto PAIS, una medida que marca un antes y un después en la política fiscal argentina. Este tipo de cambio, que rige para consumos en dólares con tarjetas de crédito tanto dentro como fuera del país, será aún más alto que las opciones paralelas, como el dólar MEP o el blue, pero mucho más accesible que en semanas previas, cuando superaba los $1.600.
Con la eliminación del impuesto PAIS, que estuvo vigente durante cinco años, la diferencia entre el dólar tarjeta y los paralelos se redujo de más de $500 a $230. Esta transformación no solo impactará el turismo y los servicios de importación, sino también las dinámicas fiscales y cambiarias del país.
El legado fiscal del impuesto PAIS
Creado en 2019 bajo la Ley de Emergencia Económica, el impuesto PAIS recaudó cerca de USD 17.300 millones, equivalente al 3% del PBI acumulado en su vigencia. En su último tramo, llegó a representar el 10% de la recaudación tributaria anual, según datos del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF). Su eliminación deja un vacío fiscal cercano al 1% del PBI, que el Gobierno deberá compensar en los próximos años.
Impacto en los consumos y reservas
Un aspecto clave es cómo este cambio influirá en el uso de las reservas del Banco Central. Actualmente, cerca del 50% de los gastos en dólares con tarjeta son cancelados directamente con fondos propios en moneda extranjera, reduciendo la presión sobre las reservas. Sin embargo, el nuevo precio del dólar tarjeta podría incentivar un mayor uso, lo que pondría a prueba la capacidad del Gobierno para manejar las demandas del mercado cambiario.
Santiago Bausili, presidente del Banco Central, explicó recientemente que los costos relacionados con el dólar tarjeta dependen de las preferencias de los usuarios. Muchos, por comodidad, continúan utilizando este tipo de cambio, aunque sea más caro que las opciones paralelas. “La mitad de los dólares consumidos provienen de reservas netas y la otra mitad del mercado. La conducta del consumidor no cambiará drásticamente”, sostuvo.
Un horizonte incierto
El impacto de este cambio no solo se sentirá en el corto plazo, sino que plantea interrogantes sobre la sostenibilidad fiscal y cambiaria de la economía argentina. En un contexto de creciente demanda de divisas y volatilidad cambiaria, el Gobierno deberá equilibrar incentivos y restricciones para evitar presiones desmedidas en las reservas internacionales.
La eliminación del impuesto PAIS simboliza el fin de una era marcada por altos impuestos al consumo en dólares y la búsqueda de recursos para sostener políticas públicas. Con este cambio, el mercado cambiario y la economía argentina abren un nuevo capítulo lleno de oportunidades, desafíos y preguntas aún sin responder.


