Chubut, entre el freno del empleo privado y el desborde estatal: una bomba de tiempo económica
En las últimas dos décadas, Chubut enfrentó un contraste preocupante en su mercado laboral: mientras el empleo público creció un 88%, el empleo privado solo avanzó un 49%. Este desfase ha generado una presión considerable sobre las finanzas provinciales, posicionando al Estado como el principal generador de empleo en una economía donde la actividad privada se muestra estancada.
El panorama: estancamiento privado, expansión estatal
Facundo Ball, economista y ex ministro de Economía provincial, describió la situación en cifras: en 2003, Chubut contaba con unos 65.000 empleos privados registrados, un número comparable al de provincias vecinas como Neuquén y Río Negro. Sin embargo, mientras estas últimas lograron duplicar sus puestos privados, Chubut apenas llegó a 97.000 empleos privados en 2023. Paralelamente, el número de empleados públicos se disparó a 43.000, un aumento significativo frente al crecimiento poblacional.
“El problema no es solo que el sector privado creció poco, sino que el empleo público lo hizo mucho más rápido que el crecimiento de la población”, explicó Ball en declaraciones a Actualidad 2.0.
La ley del ‘3×1’: ¿Un freno o una solución a medias?
El reciente intento de moderar esta tendencia llegó con la promulgación de la llamada “Ley del 3×1”, impulsada por el gobernador de Chubut. Esta normativa limita las contrataciones estatales, permitiendo que por cada tres jubilaciones en el sector público se pueda realizar solo una incorporación. Para Ball, esta medida es un paso necesario pero insuficiente.
“Fijar un límite institucional es clave para evitar que el empleo público siga creciendo sin control. Sin embargo, este ajuste tomará años para reflejar un cambio real, y el desafío será garantizar su cumplimiento sin que quede sujeto a la voluntad política del gobierno de turno”, señaló.
El impacto en las cuentas públicas
El crecimiento desproporcionado del empleo estatal ha generado un gasto salarial que, en 2023, representaba hasta el 65% del gasto total de la provincia, en contraste con el 45% registrado en 2003. Esto ha puesto una presión significativa sobre las finanzas públicas, llevando a Chubut a depender de la emisión de deuda para cubrir los déficits.
“El desborde del gasto salarial es una de las principales razones por las cuales la provincia se encuentra en esta situación crítica. Al aumentar desmedidamente los costos fijos, se compromete la capacidad de inversión y desarrollo económico”, destacó el economista.
¿Qué significa para el futuro de Chubut?
El panorama sugiere que, sin un repunte del sector privado, la provincia seguirá enfrentando tensiones fiscales y una economía estancada. Para Ball, el desafío pasa por encontrar un equilibrio sostenible entre la generación de empleo estatal y privado: “El crecimiento económico no puede depender del Estado como único motor. Es necesario revitalizar el sector privado, fomentar inversiones y diversificar la economía para garantizar un futuro más equilibrado”.
Chubut se encuentra en una encrucijada donde las decisiones de hoy determinarán si logra superar el estancamiento o perpetúa un modelo insostenible. La pregunta es si las reformas actuales serán suficientes para cambiar el rumbo.
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