El canto de las ballenas jorobadas: un misterio que resuena en Patagonia

 El canto de las ballenas jorobadas: un misterio que resuena en Patagonia

En las costas de Camarones, un espectáculo marino sorprende a los habitantes y científicos por igual: la creciente presencia de ballenas jorobadas. Estos gigantes del océano, conocidos por sus saltos acrobáticos y su distintivo canto, han sido avistados en mayor número en los últimos años, lo que abre nuevas preguntas sobre su comportamiento y su relación con estas aguas.

Un visitante que regresa

Durante mucho tiempo, se pensó que las ballenas jorobadas solo transitaban esporádicamente por la región. Sin embargo, estudios recientes han demostrado que muchas de ellas regresan temporada tras temporada. Gracias a la técnica de fotoidentificación, que permite reconocer a cada individuo por los patrones únicos de su cola, se ha logrado identificar a más de 128 ejemplares en la zona. Este hallazgo sugiere que Patagonia no es solo una ruta de paso, sino un sitio clave en su ciclo de vida.

Saltos y danza en el agua

Con hasta 16 metros de largo y más de 30 toneladas de peso, las ballenas jorobadas sorprenden por su agilidad. Sus impresionantes saltos fuera del agua, acompañados de golpes en la superficie con sus largas aletas, crean un espectáculo único. Entre octubre y marzo, estas aguas se convierten en un teatro natural donde, además de las jorobadas, es posible observar delfines oscuros, lobos marinos y aves marinas.

El enigma de su canto

Si algo distingue a estas ballenas es su compleja vocalización. Sus cantos, formados por secuencias de sonidos graves y vibrantes, pueden viajar grandes distancias bajo el agua y evolucionan con el tiempo. Cada población tiene un repertorio propio, pero lo más fascinante es que estas melodías pueden ser transmitidas y adoptadas por otros grupos. Los investigadores han descubierto que ciertos cantos se popularizan entre las ballenas, en un fenómeno comparable a las canciones de moda entre los humanos.

Para registrar estos sonidos, los científicos utilizan micrófonos especiales sumergidos en el océano, ya que las vocalizaciones no son audibles fuera del agua. Aunque su función exacta sigue siendo un misterio, se cree que desempeñan un papel en la comunicación y el apareamiento.

Un ecosistema por proteger

La creciente presencia de ballenas jorobadas en la región resalta la importancia de conservar estos ecosistemas marinos. A diferencia de la ballena franca austral, que ya es un emblema del turismo en Península Valdés, las jorobadas aún no han recibido la misma atención. Sin embargo, su regreso constante sugiere que estas aguas son esenciales para su supervivencia.

Los mejores lugares para observarlas incluyen la zona de Camarones y el Parque Marino Costero Patagonia Austral, especialmente entre diciembre y febrero, cuando la disponibilidad de alimento es mayor. Proteger estos hábitats no solo beneficia a las ballenas, sino a toda la biodiversidad que depende de estos mares.

Cada temporada, con sus saltos y cantos misteriosos, las ballenas jorobadas nos recuerdan cuánto queda por descubrir sobre su mundo, que también es el nuestro.

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