Escuelas y universidades bajo la lupa: el peligro del adoctrinamiento ideológico

Cuando el aula se convierte en tribuna de odio: investigan a un docente por mensajes antisemitas
La educación debería ser un espacio de formación crítica, libre de fanatismos y extremismos. Sin embargo, en las últimas horas, se ha puesto en el centro del debate la figura de un profesor del Colegio Carlos Pellegrini y de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, quien publicó mensajes violentos y antisemitas en redes sociales, celebrando el asesinato de la familia judío-argentina Bibas a manos de la organización terrorista Hamas.

Las publicaciones de Guido Saá, docente de música, generaron un fuerte repudio en la sociedad. En una de ellas, al comentar una imagen de los niños Ariel (4 años) y Kfir Bibas (9 meses), asesinados en Gaza y cuyos cuerpos fueron devueltos recientemente a Israel, escribió: «Adoro los finales felices», acompañado de un emoji de ataúd. En otro mensaje, agregó: «Dos, tres, muchos Bibas», haciendo apología del crimen.
La justicia toma cartas en el asunto
Ante la gravedad de los dichos, la fiscal Andrea Scanga, a cargo de la fiscalía especializada en conductas discriminatorias, inició una investigación de oficio. «La palabra de un docente tiene peso. Es un formador de criterio y, en este contexto, sus dichos revisten una gravedad mayor», explicó la fiscal en declaraciones radiales.
La Ley 23.592 establece penas de hasta tres años de prisión por discursos de odio y actos de discriminación. En este caso, la justicia analiza si los mensajes del docente encuadran en la normativa vigente. Además, Saá ya se presentó ante la fiscalía para designar abogados defensores y en los próximos días será citado a declarar.
La respuesta de la UBA y el Pellegrini
Desde la Universidad de Buenos Aires, institución de la que depende el Colegio Carlos Pellegrini, emitieron un comunicado repudiando los hechos y anunciaron la apertura de un sumario interno. «La UBA no puede permitir expresiones públicas en contra de los valores humanos y democráticos que defendemos de manera inclaudicable», indicaron.
Por su parte, el Pellegrini confirmó que Saá ya estaba de licencia sin goce de sueldo y que, de comprobarse la autenticidad de sus mensajes, será desafectado de la institución. «No tiene a su cargo cursos ni podrá estar presente en exámenes mientras dure la investigación», señalaron desde la institución.
El problema del adoctrinamiento en las aulas
Este caso reabre el debate sobre el rol de algunos docentes que, lejos de fomentar el pensamiento crítico, utilizan su posición para imponer ideologías extremistas. No es la primera vez que se denuncian situaciones similares en instituciones educativas, donde ciertos sectores promueven discursos de odio bajo la máscara de la libertad de expresión.
La educación pública debe ser un espacio de conocimiento y debate respetuoso, no un vehículo para la propagación de ideas radicales que justifican la violencia. Casos como este exigen un debate profundo sobre la responsabilidad de los docentes y la necesidad de mecanismos de control que garanticen que las aulas sean un lugar de formación y no de adoctrinamiento.