Hamás: terrorismo, secuestros y barbarie

El 7 de octubre de 2023, terroristas de Hamás perpetraron una masacre en el kibutz Be’eri, donde asesinaron brutalmente a la esposa e hijas de Eli Sharabi, de 13 y 16 años, y hasta a su mascota. Luego, lo secuestraron junto a su hermano, quien fue obligado a grabar videos de propaganda antes de ser ejecutado en cautiverio.

Tras 16 meses de cautiverio, Eli Sharabi ha sido liberado en un intercambio de prisioneros que implicó la excarcelación de terroristas detenidos en Israel. Sin embargo, su retorno estuvo marcado por la humillación: antes de ser entregado, fue obligado a subir a un escenario y a agradecer a sus captores, los mismos que asesinaron a su familia.

Sharabi regresó en condiciones deplorables, apenas capaz de caminar, con signos evidentes de desnutrición extrema. Su imagen evoca los peores episodios de la historia, recordando el horror de regímenes totalitarios que utilizaron el hambre y la violencia como herramientas de exterminio. Hamás no es solo una organización extremista: su brutalidad y sus métodos demuestran que es un grupo terrorista cuya única agenda es la destrucción y el terror.

El derecho internacional establece que cuando un país reconoce la existencia de un genocidio, tiene la obligación de ofrecer refugio a las víctimas. España e Irlanda han acusado a Israel de cometer un genocidio, lo que implica que deberían abrir sus fronteras a los refugiados palestinos si realmente cumplen con la legislación internacional. De lo contrario, la denuncia se convierte en una mera postura política sin consecuencias reales.