Inseguridad y tragedia: Hilda, la madre de ocho hijos asesinada por motochorros en San Justo, expone la crisis en Buenos Aires

 Inseguridad y tragedia: Hilda, la madre de ocho hijos asesinada por motochorros en San Justo, expone la crisis en Buenos Aires

La trágica muerte de Hilda Tello, una madre de ocho hijos y vecina de Isidro Casanova, a manos de motochorros en un colectivo de San Justo, ha puesto en evidencia la creciente crisis de inseguridad que afecta a la provincia de Buenos Aires. En medio del dolor de su familia y la conmoción social, surgen cuestionamientos sobre las políticas de seguridad del gobernador Axel Kicillof, quien enfrenta fuertes críticas por la falta de respuestas efectivas ante la violencia urbana.

Una vida marcada por el amor y la familia

Hilda, de 45 años, era una mujer dedicada a su familia. Casada desde hace 26 años con Horacio Ramos, compartía su vida con sus ocho hijos, cuyas edades van desde los 5 hasta los 29 años. La familia vivía en un barrio de Isidro Casanova, a pocos kilómetros del lugar donde ocurrió el ataque que le costó la vida.

En redes sociales, Hilda solía compartir reflexiones sobre la vida y momentos de alegría familiar. A fines de diciembre, expresó su deseo de que 2025 estuviera “lleno de viajes”, un sueño que quedó truncado por la violencia que azota a su comunidad.

El pasado 4 de diciembre, Hilda y Horacio celebraron su aniversario de bodas con emotivas publicaciones en las redes, que ahora se convierten en un testimonio de la unión y el amor que caracterizaban a esta familia.

El ataque fatal: la inseguridad sin control

El miércoles, Hilda viajaba en el interno 623 de la línea 174 junto a su hija menor cuando el colectivo fue blanco de un ataque por parte de dos motochorros. Según los testimonios, el chofer del vehículo intentó disuadir a los delincuentes al ver que estaban asaltando a un vecino que lavaba su auto en la vereda. Fue entonces cuando uno de los ladrones disparó hacia el colectivo, impactando en Hilda, quien quedó inconsciente en su asiento.

Tamara, una pasajera que presenció el hecho, relató los momentos de pánico: “Se escuchó el estallido del vidrio, más disparos, y nos tiramos al piso. Me quedó el grito en la cabeza de la nena: ‘Mamá, mamá, despertate’”.

Una provincia en jaque por la inseguridad

El asesinato de Hilda no es un hecho aislado. En el partido de La Matanza y otras localidades del conurbano bonaerense, los vecinos enfrentan diariamente situaciones de violencia e inseguridad. Este caso en particular resalta la falta de medidas contundentes para combatir el crimen y garantizar la seguridad de las familias.

El gobernador Axel Kicillof ha sido señalado por la oposición y por sectores de la sociedad como responsable de no implementar políticas eficaces para frenar esta ola de violencia. A pesar de las inversiones anunciadas en seguridad, la realidad en las calles sigue siendo alarmante.

La familia y la comunidad exigen justicia

En medio del dolor, la familia de Hilda y la comunidad local han comenzado a alzar la voz para exigir justicia y mayor seguridad. “No se puede vivir así. Salís de tu casa y no sabés si volvés”, expresó una vecina de Isidro Casanova.

Mientras el fiscal Adrián Arribas, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción especializada en homicidios de La Matanza, avanza en la investigación, el caso de Hilda se convierte en un recordatorio del precio que muchas familias pagan por la inseguridad.

Reflexión y reclamo

La muerte de Hilda deja un vacío irreparable en su familia y una herida profunda en la sociedad bonaerense. Más allá del dolor, este caso plantea la urgente necesidad de replantear las políticas públicas en materia de seguridad para que ninguna familia más tenga que sufrir una pérdida tan desgarradora.

La inseguridad no distingue edades ni circunstancias, pero detrás de cada víctima hay historias, sueños y seres queridos que claman por un cambio real.

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