Kicillof apuesta a un frente amplio: kirchnerismo, radicalismo, sindicatos e izquierda contra Milei

 Kicillof apuesta a un frente amplio: kirchnerismo, radicalismo, sindicatos e izquierda contra Milei

El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, dejó en claro su intención de ampliar su construcción política más allá del kirchnerismo. En su discurso de apertura de sesiones en la Legislatura bonaerense, envió señales a distintos sectores de la oposición y al sindicalismo, con el objetivo de consolidar un frente amplio que haga de contrapeso al gobierno de Javier Milei.

En un contexto de creciente tensión entre Nación y Provincia, Kicillof denunció los recortes de fondos a Buenos Aires y calificó las políticas del Presidente como un «ataque al federalismo». Pero, lejos de limitarse a una confrontación partidaria, optó por tender puentes con dirigentes de la Unión Cívica Radical (UCR), sectores del PRO más distantes de Milei y los sindicatos alineados con la Confederación General del Trabajo (CGT).

«Tenemos que defender nuestra provincia más allá de las diferencias entre nosotros», afirmó, en lo que pareció un llamado a la unidad opositora. Para reforzar su mensaje, mencionó los ataques del gobierno nacional contra otras provincias, como Chubut y Santa Fe, y reiteró su intención de trabajar en conjunto con otros gobernadores.

Un guiño a la oposición y los sindicatos

El discurso de Kicillof no pasó desapercibido en el tablero político. Su referencia a la necesidad de «seguir trabajando con todas las provincias, independientemente del signo político», fue interpretada como un intento de consolidar alianzas más allá del peronismo. La presencia en el recinto de líderes sindicales como Héctor Daer (Sanidad) y Andrés Rodríguez (UPCN), distantes del kirchnerismo más duro, reforzó la idea de un armado más amplio.

En los últimos meses, Kicillof ya había dado señales de esta estrategia. Firmó acuerdos con gobernadores de otras fuerzas, como Maximiliano Pullaro (UCR-Santa Fe) e Ignacio Torres (PRO-Chubut), y tendió lazos con intendentes opositores en territorio bonaerense. Su acercamiento al radicalismo y al sindicalismo peronista podría ser la antesala de un armado que busque evitar una dispersión del voto opositor en 2025.

Un armado político con proyección nacional

El trasfondo de esta estrategia es claro: Kicillof busca fortalecer su liderazgo dentro del peronismo y, al mismo tiempo, ampliar su base de apoyo de cara a un eventual proyecto presidencial. Su discurso no solo fue una respuesta al gobierno de Milei, sino también una señal hacia el interior de su propio espacio.

El kirchnerismo, hasta ahora su principal sostén político, sigue en debate sobre su futuro. Mientras Cristina Kirchner mantiene un bajo perfil, el gobernador bonaerense se posiciona como una figura con proyección nacional. La incógnita es si logrará articular una coalición que vaya más allá de los límites tradicionales del peronismo o si su apuesta a la unidad quedará en el plano discursivo.

Lo cierto es que Kicillof parece decidido a ocupar un rol central en la reorganización del espacio opositor. Con un discurso más abierto y con una estrategia que busca sumar radicales, sindicalistas e incluso sectores de izquierda, el gobernador bonaerense avanza en la construcción de un frente que, a mediano plazo, podría convertirse en la principal alternativa al oficialismo libertario.

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