Menos distracciones, más concentración: Brasil regula el uso de celulares en colegios

 Menos distracciones, más concentración: Brasil regula el uso de celulares en colegios

Desde esta semana, los estudiantes en Brasil regresaron a clases con una nueva regla: alejarse de sus teléfonos celulares dentro de los establecimientos educativos. La medida responde a la entrada en vigor de una ley nacional que restringe el uso de estos dispositivos en escuelas públicas y privadas de todo el país, con el objetivo de mejorar la concentración, la interacción social y el rendimiento académico.

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva promulgó la normativa en enero, alineándose con políticas similares adoptadas en Europa y Estados Unidos. Si bien los teléfonos no están completamente prohibidos, solo pueden usarse con autorización del docente para actividades educativas, o cuando sean necesarios por razones de accesibilidad o salud. Cada institución tiene la potestad de definir si los estudiantes deben mantener sus celulares en mochilas, casilleros o espacios específicos durante la jornada escolar.

Un problema de larga data

Antes de esta ley federal, la mayoría de los 26 estados brasileños ya habían implementado medidas parciales para restringir el uso de celulares en las escuelas. En 2023, un relevamiento del Comité Gestor de Internet en Brasil reveló que casi dos tercios de las escuelas del país tenían algún tipo de regulación sobre el uso de estos dispositivos, y el 28% los prohibía por completo.

Sin embargo, las normas variaban entre distritos y muchas instituciones tenían dificultades para hacerlas cumplir. Esto llevó a que tanto oficialistas como opositores apoyaran la nueva medida. Según una encuesta de Datafolha realizada en octubre, el 66% de los consultados estaba a favor de restringir los celulares en las aulas y el 75% creía que estos dispositivos generan más problemas que beneficios en los menores de edad.

Beneficios de la restricción

Algunas instituciones ya han reportado efectos positivos tras aplicar medidas similares. Un ejemplo es la escuela privada Porto Seguro, en São Paulo, que en 2023 restringió el uso de celulares en las aulas y, este año, amplió la medida a pasillos y recreos. Ahora, los estudiantes deben dejar sus dispositivos en casilleros durante toda la jornada escolar.

«Notamos mejoras en la concentración de los alumnos y un mayor nivel de interacción social», explicó la directora del colegio, Meire Nocito. «Muchos jóvenes se aislaban durante los recreos usando sus teléfonos, en lugar de socializar con sus compañeros. Ahora tienen que interactuar cara a cara, resolver conflictos y desarrollar habilidades de comunicación».

Mariana Waetge, estudiante de 13 años en Porto Seguro, también notó cambios positivos: «Antes, algunas personas se refugiaban en sus teléfonos para evitar hablar con otros. Ahora, participan más en actividades como juegos de mesa y lectura».

Un fenómeno global

La preocupación por el impacto de los celulares en los niños y adolescentes no es exclusiva de Brasil. En Francia, desde 2018 está prohibido el uso de estos dispositivos en escuelas para menores de 15 años. China ha tomado medidas para limitar el tiempo de pantalla de los menores, mientras que en Estados Unidos ocho estados han implementado restricciones similares en colegios.

Un informe de la UNESCO publicado en 2023 reveló que uno de cada cuatro países ha adoptado regulaciones para restringir el uso de celulares en el ámbito escolar, argumentando que su uso excesivo puede contribuir a problemas como ansiedad, aislamiento social y dificultades de aprendizaje.

Acción para copiar de Brasil

Una estrategia que otras naciones podrían adoptar es la implementación de «días sin pantallas», como lo ha hecho la escuela Porto Seguro en São Paulo. En estas jornadas, los alumnos se ven obligados a interactuar sin dispositivos digitales, lo que promueve el desarrollo de habilidades sociales, la creatividad y la concentración.

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