Mundial 2030, una tregua que marca un nuevo rumbo en el fútbol argentino
En un inesperado gesto de distensión, la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Claudio «Chiqui» Tapia, protagonizaron un encuentro clave en Asunción, Paraguay, durante el acto oficial donde se confirmaron las sedes del Mundial 2030 y 2034. Esta reunión podría ser el inicio de una nueva etapa en la relación entre el gobierno libertario y la AFA, marcada hasta ahora por tensiones en torno a las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD).
Un contexto histórico: el Mundial 2030
La cita global del fútbol celebrará su edición centenaria con una particularidad inédita: comenzará en Sudamérica y continuará en Europa y el norte de África. Los partidos inaugurales se jugarán en Uruguay, Argentina y Paraguay, con el Estadio Monumental como escenario local para el debut argentino.
En este marco, Milei y Tapia coincidieron en la sede de la Conmebol y compartieron un simbólico brindis junto a Gianni Infantino, presidente de la FIFA. Tapia aprovechó para destacar el rol del gobierno en el proceso de candidatura y, como gesto de buena voluntad, entregó camisetas personalizadas del seleccionado a Milei y su vocero, Manuel Adorni, con el número 2030.
¿Una tregua en el horizonte?
El encuentro se da en medio de una relación marcada por diferencias respecto a las SAD. La propuesta de incorporar capital privado en los clubes locales, impulsada desde la Casa Rosada, encontró una fuerte resistencia en la AFA, que llevó la cuestión a los tribunales. Sin embargo, la reciente aparición conjunta de Milei y Tapia parece señalar un cambio de tono, posiblemente motivado por la necesidad de evitar conflictos de alto impacto popular.
El trasfondo de la disputa
Desde el inicio del gobierno libertario, las SAD se han posicionado como una de sus principales banderas en materia deportiva. Esta iniciativa generó tensiones no solo con Tapia, sino también con sectores del fútbol ligados al peronismo. Sin embargo, fallos judiciales adversos y la posibilidad de desatar una confrontación con figuras como Lionel Messi llevaron al gobierno a moderar su postura.
Por su parte, Tapia ha consolidado su liderazgo en la AFA gracias al respaldo de éxitos recientes de la Selección argentina y a la estrategia de trasladar el domicilio legal de la asociación a Ezeiza, buscando protección en territorio bonaerense frente a posibles embates oficiales.
Un futuro en construcción
El Mundial 2030 podría ser el escenario perfecto para reconstruir puentes entre la dirigencia deportiva y el gobierno. Con los ojos del mundo puestos en Sudamérica, la oportunidad de proyectar una imagen de unidad y colaboración es única. Si bien las diferencias sobre las SAD persisten, este gesto de distensión podría marcar el inicio de un diálogo más constructivo en beneficio del fútbol argentino y de los valores que representa en la sociedad.
El tiempo dirá si esta tregua se transforma en un acuerdo duradero o si es solo una pausa en una relación llena de desafíos. Por ahora, el fútbol argentino celebra la posibilidad de brillar nuevamente en el escenario internacional.


