“No fue un accidente, alguien quiso destruir todo”: el drama de quienes lo perdieron todo en los incendios
El fuego que no da tregua en la Patagonia: “Nos tiraron una bomba, pero vamos a replantar cada árbol”
Las llamas ya consumieron más de 37.000 hectáreas en Chubut, Río Negro y Neuquén. Las autoridades y los vecinos insisten en que los incendios fueron intencionales.
Fabiana aún no puede procesar lo que pasó. “Es como si hubieran tirado una bomba en el lugar donde fui más feliz en mi vida”, dice con la voz entrecortada. Su casa en Mallín Ahogado, una chacra familiar de 23 hectáreas, quedó reducida a cenizas. “Vamos a levantar el lugar de vuelta, de a poco, paso a paso, plantando arbolitos otra vez”, promete.
Su hogar no fue el único. En los últimos dos meses, el fuego ha devorado miles de hectáreas en la Comarca Andina. Desde el inicio de los focos, las denuncias de intencionalidad se multiplican. “Los bomberos nos dijeron que por el color del humo y las explosiones, alguien prendió lo que el primer incendio había dejado en pie”, cuenta Fabiana.
El paraíso convertido en cenizas
Ubicada a 17 kilómetros de El Bolsón, la chacra de Fabiana y su familia era su refugio. Nogales, ciruelos, membrillos y manzanos rodeaban la casa que su suegro había construido hace tres décadas. “Mi hijo Pedro vino por primera vez cuando tenía tres semanas. Ahora, con nueve años, me pregunta cómo puede ser que alguien haga esto a propósito”, relata su madre.
El drama se intensificó cuando un vecino de la zona, Ángel Reyes, murió atrapado por el fuego. “Cuando Pedro escuchó la noticia, me preguntó si su papá también había muerto en el incendio”, cuenta Fabiana. Su esposo y Lautaro, el casero, estuvieron hasta el último momento mojando el terreno para evitar que las llamas avanzaran.

Una comunidad que resiste
Mallín Ahogado es un lugar construido con esfuerzo por familias que llegaron hace décadas, cuando allí no había luz ni servicios. Hoy, la solidaridad es clave: sin señal de celular, los vecinos se comunican por handys, comparten mangueras y agua, y se turnan para vigilar el fuego.
“El primer incendio de la semana pasada no destruyó nuestra casa. Mi esposo y el casero la protegieron toda la noche. Pensamos que el peligro había pasado. Pero días después, alguien prendió fuego de nuevo”, cuenta Fabiana.
El daño no es solo material. “Perdemos recuerdos, proyectos, el lugar donde fuimos felices. Nosotros queríamos poner una confitería y planear nuestra jubilación aquí. Ahora todo está destruido”, dice.
El impacto en la flora y la fauna
El bosque tardará siglos en recuperarse. “Si la casa se hubiera quemado por un cortocircuito, sería diferente. Pero esto fue intencional. Arrasó con todo”, lamenta Fabiana.
El fuego también afectó la vida silvestre. “En nuestra chacra, los teros siempre anidan y protegen sus huevos. Ahora, los que quedaron ya no corren a nadie. No hay huevos por cuidar. Es como si hasta ellos supieran que lo perdieron todo”, describe.
En Mallín Ahogado, el fuego destruyó la sala de primeros auxilios y la capilla. “El viernes pasado estábamos listos para ir desde Esquel, como cada fin de semana. Pero el segundo incendio se llevó todo. Ahora no sé cuándo volveré con mi hijo. Me da miedo. Hay gente que sigue prendiendo fuego”, confiesa.
Los incendios cercaron también el Cajón del Azul, uno de los atractivos naturales más visitados de la zona. Allí, los rescatistas tuvieron que evacuar turistas atrapados por las llamas.
Reconstrucción y ayuda solidaria
A pesar de la devastación, Fabiana no pierde la esperanza. “Nos va a llevar tiempo, pero vamos a reconstruir todo”, asegura.
Mientras los bomberos y brigadistas siguen combatiendo el fuego, se organizan campañas solidarias para apoyar su labor. La Fundación Bomberos de Argentina lanzó la campaña Puentes de la Prevención, y varias cuentas verificadas reciben donaciones para bomberos y brigadistas locales.
Alias de donaciones verificadas:
🔹 bomberosfund (Fundación Bomberos)
🔹 MOTOR.TUNEL.PERA (Bomberos Voluntarios de El Bolsón)
🔹 FLANCO.FOCO.FUEGO (Brigada Forestal de Mallín Ahogado)
El fuego sigue avanzando en la Patagonia, pero quienes aman su tierra no bajan los brazos. “Este es nuestro lugar en el mundo, y vamos a luchar por él”, concluye Fabiana.


