Sin agua, cloacas ni seguridad, pero con aviones: la disparatada idea de Kicillof de quedarse con Aerolíneas Argentinas
Axel Kicillof vuelve a sorprender con una jugada política que desata polémicas: el gobernador bonaerense busca avanzar en la adquisición de Aerolíneas Argentinas, una empresa que arrastra déficits millonarios, mientras gran parte del Conurbano bonaerense sigue padeciendo la falta de servicios básicos como agua potable y cloacas. En medio de un escenario provincial crítico en infraestructura y con un déficit fiscal creciente, la propuesta ha generado reacciones que van desde el escepticismo hasta el abierto rechazo.
El anuncio que sacudió la agenda
Kicillof instruyó a su ministro de Gobierno, Carlos Bianco, para abrir conversaciones con la Casa Rosada e instalar una mesa de trabajo que explore alternativas para que la provincia de Buenos Aires tome control de la aerolínea de bandera, actualmente en la mira del gobierno nacional para una eventual privatización. Según Bianco, se formalizó el pedido al Ejecutivo Nacional, pero hasta el momento no han recibido respuesta oficial.
“El planteo es simple: si el gobierno nacional decide desprenderse de Aerolíneas Argentinas, Buenos Aires no puede quedarse de brazos cruzados. Debemos garantizar la conectividad y evitar que este patrimonio nacional caiga en manos privadas”, afirmó Bianco durante una conferencia de prensa.
El gobernador defendió su postura asegurando que la aerolínea genera un impacto económico positivo de 2.665 millones de dólares y 81.000 empleos directos e indirectos en la provincia. Sin embargo, su propuesta de hacerse cargo de una empresa deficitaria contrasta con la realidad de millones de bonaerenses que carecen de servicios esenciales.
Realidad versus prioridades
Mientras Kicillof sueña con administrar Aerolíneas Argentinas, la provincia de Buenos Aires enfrenta una crisis de infraestructura básica:
- Más del 40 % del Conurbano carece de cloacas, lo que genera problemas de salubridad y afecta la calidad de vida de millones de personas.
- La red de agua potable sigue siendo insuficiente, especialmente en áreas urbanas densamente pobladas.
- Las escuelas provinciales lidian con falta de mantenimiento, techos que se caen y carencia de gas en invierno.
En este contexto, resulta difícil justificar cómo una provincia que no puede garantizar servicios básicos esenciales a sus ciudadanos busca asumir la gestión de una empresa que, según estimaciones, requerirá subsidios por al menos 500 millones de dólares anuales para cubrir su déficit operativo.
Críticas desde todos los frentes
La propuesta no tardó en generar críticas incluso dentro del oficialismo. Guillermo Francos, jefe de Gabinete nacional, calificó el anuncio como una “ridiculez”. “Una provincia que tiene déficit y se endeuda, ¿cómo va a asumir una empresa que tiene déficit, se endeuda y demanda fondos del Estado?”, cuestionó.
Desde la oposición, las respuestas fueron aún más contundentes. Legisladores provinciales de Juntos por el Cambio acusaron a Kicillof de buscar «distracciones grandilocuentes» para tapar los problemas reales de la provincia. “Mientras las inundaciones afectan a miles y las calles siguen siendo de tierra, Kicillof prefiere hablar de aviones en lugar de solucionar los problemas en el suelo”, expresó un diputado del espacio.
El trasfondo político
El interés de Kicillof por Aerolíneas Argentinas no es casual. Durante su paso por el Ministerio de Economía en la presidencia de Cristina Kirchner, tuvo una relación directa con la gestión de la aerolínea estatal. Incluso hoy, varios funcionarios cercanos al gobernador, como Pablo Ceriani (ex CEO de Aerolíneas y actual gerente de AUBASA), siguen vinculados a la aerolínea.
Además, Kicillof busca capitalizar el apoyo de otros gobernadores, como Ricardo Quintela (La Rioja) y Gustavo Melella (Tierra del Fuego), quienes respaldaron públicamente la propuesta. Según el mandatario bonaerense, la idea es construir “un esquema alternativo” en el que las provincias tengan un rol activo en la gestión de Aerolíneas, aunque especialistas descartan la posibilidad de una gestión conjunta.
El impacto político y económico
La realidad es que cualquier intento de privatización o transferencia de Aerolíneas Argentinas requerirá la aprobación del Congreso, donde las posturas aún son inciertas. Además, la propuesta de Kicillof de asumir el control de la empresa ignora el enorme costo fiscal que esto implicaría para una provincia que ya enfrenta dificultades para equilibrar sus cuentas.
En términos políticos, la jugada parece más destinada a reforzar su perfil ideológico y alinearse con los sectores más duros del kirchnerismo que a resolver problemas concretos de la provincia. Sin embargo, el riesgo es que esta estrategia termine alejándolo aún más de los bonaerenses, que ven cómo las prioridades del gobierno provincial están cada vez más desconectadas de sus necesidades cotidianas.
La provincia que vuela alto pero sigue en el barro
Mientras Axel Kicillof se empeña en defender su cruzada por Aerolíneas Argentinas, los bonaerenses siguen esperando soluciones a problemas que afectan su día a día: cloacas, agua potable, escuelas seguras y calles transitables. La paradoja es evidente: un gobernador que quiere administrar aviones mientras su provincia se hunde en el barro. Una imagen que, lejos de inspirar confianza, refleja una desconexión alarmante entre las ambiciones políticas y las realidades sociales.


