Yacimientos Carboníferos Río Turbio, en la antesala de la privatización

 Yacimientos Carboníferos Río Turbio, en la antesala de la privatización

El Gobierno avanza con la transformación de YCRT en Sociedad Anónima

El presidente Javier Milei firmó el decreto que convierte a Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT) en Sociedad Anónima, en el marco de su estrategia para sanear y privatizar empresas estatales. La medida sigue la línea de la transformación del Banco Nación, consolidando así el plan del oficialismo para reducir el peso del Estado en la economía.

La conversión de YCRT en S.A. fue impulsada por Diego Chaher, titular de la Agencia de Transformación de Empresas Públicas, y forma parte del paquete de entidades estatales incluidas en la Ley Bases como susceptibles de privatización o concesión. El decreto, que se publicará en el Boletín Oficial en las próximas horas, es el primer paso en un proceso que aún no tiene una fecha definida para la venta de la empresa.

Un enclave estratégico con problemas estructurales

Ubicada en Santa Cruz, YCRT es un complejo minero con una historia marcada por problemas financieros y administrativos. Desde mediados del siglo pasado, la empresa ha operado con intermitencias, afectada por una combinación de falta de inversión, sobrepoblación de trabajadores y denuncias de corrupción.

Actualmente, el gobierno nacional enfrenta el desafío de ordenar la estructura interna de YCRT antes de su privatización. Esto incluye la regularización de balances contables, la actualización de reglamentos internos y la optimización de su operatividad.

Uno de los mayores obstáculos es la plantilla laboral de la empresa, considerada sobredimensionada para su nivel de producción actual. La situación se remonta a gestiones anteriores, cuando se firmaron acuerdos con los gremios para evitar conflictos sociales, lo que derivó en un crecimiento desproporcionado del personal.

Además, la logística juega un papel clave en la rentabilidad del yacimiento. A pesar de que el carbón de YCRT tiene demanda en el mercado internacional, su ubicación a 300 kilómetros del mar encarece los costos de exportación. China, uno de los principales compradores potenciales, exige un mínimo de 30.000 toneladas de producción, pero la mina difícilmente alcanza las 20.000.

El rol de la provincia y la puja política

La transformación de YCRT en Sociedad Anónima fue informada previamente al gobernador de Santa Cruz, Claudio Vidal, con quien el Gobierno mantiene una relación fluctuante. La administración nacional busca evitar conflictos con el mandatario, dado que su apoyo es crucial para la aprobación de proyectos en el Congreso.

En la provincia sospechan que la intención del Ejecutivo nacional es transferirle la responsabilidad de la mina y de sus trabajadores, mientras que la central termoeléctrica –considerada la parte más rentable del complejo– podría pasar a manos privadas. Esta hipótesis generó roces políticos, especialmente tras la designación de Pablo Sebastián Gordillo Arraigada como interventor, en reemplazo de Thierry Decoud, quien fue desplazado en medio de denuncias de corrupción.

Aunque el Gobierno no ha brindado detalles sobre los plazos y condiciones de la privatización, la conversión en Sociedad Anónima marca un punto de inflexión en el destino de YCRT. Mientras tanto, el complejo sigue operando en un contexto de incertidumbre, con la mirada puesta en las futuras decisiones del oficialismo.

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